viernes, 31 de marzo de 2006

LA FUERZA Y EL HONOR DE R.N.E.


ARTÍCULO DE OPINIÓN FIRMADO POR JULIO MARTÍN EN EL SEMANARIO LA VOZ DE TALAVERA.


LA FUERZA Y EL HONOR DE LA EMISORA DE RNE

Resulta que los representantes de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y de la dirección de Radio Televisión Española andan paseando y tratando de endilgar a los sindicatos ese plan de saneamiento que el ministro Solbes les ha exigido, como impepinable requisito previo, para que su departamento de Economía tenga a bien soltar la sabrosa subvención de 575 millones de euros prometida al ya conocido como demEnte Público. Son y serán muchos, lógicamente, los rumores, murmullos y soniquetes que al respecto se desatarán y sonarán, pero a este humilde criticón se le vienen llenando los oídos con los silbidos de la mítica y enervante melodía de la película “La muerte tenía un precio”.
El precio ya está dicho -los 575 millones del ala- y la guadaña pública se cierne fundamentalmente, según reza en el propio pasquín de saneamiento, sobre unos centros territoriales que limitarán su emisión a los treinta minutos diarios del informativo regional de la Primera y, también, sobre unas emisoras provinciales y locales de RNE que corren el serio riesgo de desaparecer en el combate desatado por el puñado de euros antes comentado. Emisoras de cuyo indiscutible carácter histórico e importantísima función social bien sabemos por estos lares, en primer lugar, por ser testigos directos del pionero, ejemplar, comprometido y longevo trabajo radiofónico de profesionales de la talla de Isabel, Felipe, Andrés, Víctor, Javier, Eugenio, Mª Jesús, Sonia o Fernando y, en segundo lugar, por lo brillantemente narrado en el libro –“De la Estación Escuela a Radio Nacional de España. 50 años de radio pública en Talavera”- con que Enrique Martínez de la Casa nos asesoró e ilustró sobre la enorme repercusión social, política y ciudadana de una emisora que, con sus distintas cabeceras, ondeó en Talavera completamente en solitario hasta el año 1981 y que, ojo al dato, tiene más antigüedad que cualquier Instituto de Enseñanza Secundaria de la ciudad. Que también tiene su miga pedagógica el asunto.
Y no se pretende por estos criticones barrios realizar un tratado sobre el sometimiento político, la desvergüenza profesional o el despilfarro económico protagonizados por los gobiernos y directivos que han venido gestionando RTVE, pasándose continuamente por el forro los derechos y expectativas de sus trabajadores en particular y de toda la ciudadanía en general, sino de hacer pública la solidaridad debida a unos compañeros que, si alguien no lo remedia, se verán abocados a la regulación de empleo, a la movilidad geográfica o directa e injustamente al paro. De rendir el homenaje, plenamente vivo y combativo contra lo póstumo, que merecen trabajadores de la categoría profesional de los que han ondeado y ondean en Talavera la prestigiosa bandera de RNE. Bandera que, digo yo, también debería ser defendida por los máximos representantes políticos, sociales y periodísticos de una ciudad que no puede permitirse el lujo de sufrir esta nueva y anunciada amputación que, sin duda, afectaría a su pasado, a su presente y, por lo tanto, a su futuro. Esperemos, compañeros, que la unión haga la fuerza y que la fuerza sea la de la razón y la del honor. La fuerza que tienen, en definitiva, Eugenio y su cuates radiofónicos.

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